miércoles, 13 de mayo de 2009

Montaña

Sin una basura por donde se mirara, el camino para llegar a esta peña, tan alta como para dominar con la vista sus sinuosas formas, casi femeninas, convertirse en valles labrantíos. Tan alto como para sentir el aire helado de la sierra golpearnos con fuerza. Yo me alegré de que yo no me iba a desnudar, pero cuando vi las fotos en mi escritorio, pensé que me habría gustado sentir el frío y las piedras tocar mi piel.

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