martes, 21 de mayo de 2019

La Línea de la Vida


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Susurros en políticas

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Susurros en la niebla. Punto, línea y mancha

 on MAYO 2, 2019

Por: Patricia Trujeque Díaz
Los artistas mexicanos Mayra León, Gerardo Rivera Kura y Víctor Lucero adelantan con el título de esta exposición: “Susurros en la niebla. Punto, línea y mancha”, el disfrute de una obra narrada en imágenes soportadas con la técnica del dibujo. Las espléndidas propuestas individuales se encuentran distribuidas y asociadas en la espaciosa sala de la Galería José María Velasco, que bajo la acertada curaduría de Alfredo Matus, crean nuevos significados a través de sus múltiples referencias y conexiones que vale la pena admirar.
El dibujo es una de las disciplinas del arte más primigenias para expresarse. Con el punto, la línea y la mancha como vía, un sinfín de ideas pueden resultar por medio de las imágenes y los símbolos que plasman”. A. Matus, director y curador de la galería José Ma. Velasco.




Mayra León. Susurros en la niebla
En su experiencia como vía andante, León se detiene e inspira en el Zócalo para crear su conjunto de obras.
Mi intención, mi discurso, mi campo de batalla es el Zócalo, que además de ser una plaza pública  y el corazón político del país, es el lugar donde se pelean batallas políticas y sociales; por eso es parte de nuestra memoria colectiva. Entonces, en el Zócalo caben simbólicamente las mujeres asesinadas, los muertos y los desaparecidos de los años recientes, la memoria del 68, los desnudos de Tunik; y caben también las fiestas y las celebraciones políticas y sociales. Por si fuera poco, el Zócalo está sobre Tenochtitlán. Con todos estos componentes, construyo un discurso que toma de la historia real, de la historia mítica y de los símbolos. Entonces, procuro que todas las imágenes de la obra aparezcan en el Zócalo”.
Así, Mayra León presenta sus creaciones en tres formatos: dibujo, acrílico y libros de autor. En ellos, la artista fusiona símbolos de nuestro pasado histórico con expresiones contemporáneas propiciando la recreación y el entendimiento de nuestra realidad. El conjunto de obras se amalgaman a través del dibujo y su técnica.
Coyolxauhqui,  Zapata y el huachicol
Los dibujos colocados en el muro central de la Galería son especialmente interesantes, por la contundente técnica alcanzada por Mayra León.  Con la combinación del pastel, carbón y grafito, y los diversos matices entre el negro y el blanco. La creadora logra una diversidad de volúmenes, tonos y texturas.
Entre las obras se encuentra una representación de Coyolxauhqui: sobresale del círculo de representación, el perfil de una mujer. Así, la artista manifiesta su encono hacia los feminicidios.  En otro de los dibujos, León recrea la entrada de Villa y Zapata a la Ciudad de México en 1914, y coloca junto a Zapata una silla presidencial vacía, dejando entrever que quien ocupe ese lugar deberá estar a la altura del personaje.
“Los veneros del diablo” es otro dibujo cuyo título apunta a Ramón López Velarde y su mención al petróleo en “La Suave Patria”. Aquí, la artista simboliza diversos elementos que aluden a la gravedad del robo de combustibles y la codicia que gira alrededor de ese recurso; reflexionando sobre los terribles actos que han detonado y trastocado nuestra vida cotidiana. Sobre el espacio de representación de esta obra, explica: “Creo que el petróleo, por tratarse de un recurso que nos pertenece a todos, también puede simbolizarse en el Zócalo”.
Los acrílicos  
Dispuestos al centro de la Galería, resalta la belleza estética de los ensamblajes en acrílico. En su técnica y composición, todas tienen hoja de oro y representaciones nocturnas como el día, la noche y aves de los cuatro mundos; elementos que pueden apreciarse por ambos lados de las obras. Ejemplo de ello, son: “El ombligo de la luna”, que alude a Tenochtitlán y el mito fundador; y el “Códice Tochtli” que hace referencia al conejo que vive en la luna. De este modo, la artista  retoma al Zócalo como un espacio mítico.
Mayra León señala: “Mi punto es lograr un acercamiento a la iconografía prehispánica para hablar de la noche; y no nada más de la noche como pesadilla, sino de los tiempos oscuros en que vivimos”.
Los libros de artista  
Se trata de un proyecto en donde León explora un discurso diferente que inició hace cinco años. La estructura narrativa de los libros se sostiene totalmente en imágenes. Aquí, León empleó la técnica de tinta sobre papel, estilógrafo y plumillas. “La temática de cada libro es diferente, pero se amalgaman por un lado, con la iconografía que recupera mucho de lo prehispánico, y por el otro,  con el discurso que subraya o sostiene la identidad como la guía de las historias”.
Entre los títulos se encuentran: “Elixir” o la génesis alternativa del pulque y “Tinta negra y tina roja” que narra de una manera muy codificada, el arte de dibujar y de hacer libros de los antiguos mexicanos. “Había una vez” es un libro desplegable como códice y cuenta una anécdota relativa a un país donde los cargos públicos más importantes estaban ocupados por  ratas.
Gerardo Rivera Kura, el reto simbólico
La espléndida obra “Necronomicómix” de Rivera Kura se aprecia en uno de los muros laterales de la Galería. Se trata de un trabajo experimental-alternativo que fusiona los formatos del dibujo tradicional y de la historieta clásica cuadro a cuadro. La estructura narrativa de la serie, sobrecargada de signos y significados iconográficos, permite al espectador una lectura lineal o azarosa de las veintiocho obras, y sorprende los sentidos.
Gerardo Rivera Kura explora el lado oscuro de nosotros mismos, ese que por convenciones sociales sólo se libera en el inconsciente a través de los sueños o del arte”. A. Matus.
Rivera explica: “Una característica de mi obra es el manejo de temas fuertes e imágenes perturbadoras. En ‘Necronomicómix’ son reconocibles mis obsesiones acerca de la sexualidad, del bien y el mal; por eso,  el eje temático en esta obra gira en torno a la vida y la muerte”. Asimismo considera que este espectro abarca muchas de las emociones,  conductas y hábitos del ser humano.
“Pretendo manejar el humor, la ironía y el sarcasmo para hacer un contraste con lo fuerte de la imagen, para  que a su vez, nos lleve a un estado de humor negro, que a final de cuentas, también es humor. Me gusta recrearlos porque forman parte de nuestra cotidianidad y de nuestro ser”. Rivera Kura.
El artista dedicó tres años al proceso creativo de la serie, empleando una técnica mixta. Por ello enfatiza: “Estéticamente, hago un juego visual para resaltar el eje temático de la obra. En segundo plano, manejo una  técnica distinta precisamente para lograr el contraste en cada una de las obras.”
“Gerardo Rivera Kura hurga en los mundos que son estigma por una mayoría: el deseo, sexual, los ímpetus escatológicos, las connotaciones sacrílegas, de modo que su trabajo es punzante e irreverente”. A. Matus.
El plano conceptual de Gerardo Rivera Kura en este trabajo apunta hacia el Dadá, movimiento surgido en 1916 que se oponía a las formas de las artes tradicionales y a las buenas conciencias. Por lo que en sus creaciones, los exponentes manifestaban su inclinación hacia el escándalo, la sorpresa, la experimentación, la violencia, los insultos y el humor; dando por resultado obras abiertamente provocadoras.
Sobre las constantes escenas eróticas y símbolos religiosos plasmados en la serie, Rivera señala: “Los abordo como artista crítico e irreverente, pero sin pretender que sea una obra agresiva que falte al respeto a nadie. Lo que pretendo es que cada persona que observe  la obra pueda darle una lectura desde su visión personal.”
Las evocaciones esotéricas y los grabados medievales en “Necronomicómix” remiten a Alejandro Jodorowsky, una de las principales influencias referidas por Rivera, quien además, mencionó que Jodorowsky había revalorado y dimensionado al cómic como obra de arte (Fábulas pánicas) cuando era algo menospreciado.
Robert Cumb o Moebius  es otra de las influencias de Rivera Kura, ya que mencionó el impacto que le produjo conocer su obra cuando tenía catorce años. Cumb, señaló, fue un dibujante surgido del underground norteamericano, utilizó los cómics para revelar sus críticas al establishment norteamericano y a las formas de vida de los grupos marginales de manera contundente. También, manejó los temas sobre  sexualidad de manera muy abierta.
Inspirado en los íconos prehispánicos y en su identidad como mexicano, Rivera presenta “Reminiscencias prehispánicas”. La obra conjuga la fuerza visual y estética de aquellos íconos con el bagaje artístico que existe en nuestro entorno. “Basta darse una vuelta al Centro Histórico y ver el Templo Mayor para impregnarnos de toda esta estética que existió”, finalizó el autor.
Víctor Lucero. Como una epopeya personal
“Antes que salga la luz” de Víctor Lucero  es una serie compuesta por once cuadros de gran formato, que combina los estilos del manga y el cómic, y que plasma con  una técnica mixta integrada por dibujo, tinta, acuarela y acrílico.
Se puede admirar en otro de los muros laterales de la Galería. La línea narrativa de esta obra alude a los diferentes estados psicoemocionales por los que el artista atravesó durante los cinco meses que duró el proceso creativo.
“(…) El desdoblamiento de las experiencias de Lucero fueron interpretadas por el artista como una travesía ante sus temores, demonios y aciertos. Es una lucha interna, que a través del arte es exteriorizada y sublimada”. A. Matus.
La influencia del surrealismo en el imaginario de  Lucero irrumpe en su ánimo; así , narra sus emociones y vivencias en su serie de dibujos que dan origen a “Antes que salga la luz”; con su paisaje poblado por seres fantásticos que cohabitan con águilas y reptiles, en un espacio sideral  que coexiste con el espacio cotidiano.
León, Rivera y Lucero, el arte en el terreno de la crítica, la obsesión y la autorreferencia
El arte forma parte de las prácticas humanas , por lo que está inscrito en las coordenadas del espacio-tiempo de alguna sociedad, civilización o de una cultura. El arte, con sus propios medios expresivos, manifiesta las inquietudes y problemáticas de esas coordenadas espacio-socio temporales.
“El arte debe servir para concientizar, para emocionar, para confrontar.  De modo que si se logra conmover al espectador, si de alguna forma el arte toca alguna fibra sensible que  le haga reflexionar e incrementar su emociones, entonces, el trabajo habrá valido la pena”. León y Rivera.
Finalmente, los artistas manifestaron sentirse honrados por presentar su obra en un espacio tan importante como la Galería José María Velasco. También,  invitan al público para que conozcan “Susurros en la niebla. Punto, línea y mancha”; una exposición muy bien construida,  con una obra individual bien resuelta.